LA SEPARACIÓN CONFLICTIVA



Cuando la separación o divorcio no se realiza mediante mutuo acuerdo, es frecuente que surjan conductas y actuaciones conflictivas por parte de los miembros de la pareja a veces de forma más violenta por parte de uno que de otro.
Lo cierto es que cuando se desata el conflicto en la relación durante el proceso de separación, los contendientes suelen utilizar sus peores armas y maquinaciones y en  mayo r o menor medida involucran al resto de familiares.
Los hijos son los primeros afectados por este ambiente hostil. Se encuentran inmersos en una batalla que no han iniciado y a la que no saben ni pueden poner fin. Esta conducta tiene efectos especialmente negativos para los hijos y por ello conviene prevenirla.
Es importante concienciarse de que el conflicto no es beneficioso desde ningún punto de vista y que lo único que hará será fomentar el desacuerdo y difucltará la comunicación que es la vía principal para poder llegar a un acuerdo. Los resultados obtenidos de manera consensuados no tienen por qué ser peores que los que se obtienen al final de la batalla legal; es más a veces lo único que se consigue en un enfrentamiento encarnizado es el resultado contrario a lo que pretendíamos. Con la negociación se puede evitar un resultado nefasto.
Es por ello importante reflexionar y mantener la calma en pro de aquel que debería ser el principal objetivo, que no es la disputa en sí, ni el daño que se puede llegar a  hacer al contrario, sino que es la resolución de la controversia. A veces me sorprendo al comprobar lo difícil que resulta poner en práctica una cosa tan lógica.
Si te tienes que separar, divorciar, romper con la pareja...porque no podeis convivir, porque tu cónyuge ya no está enamorado/a de ti o simplemente porque ya no quiere seguir compartiendo su vida contigo aunque te resulte increible y no lo puedas entender, es lícito y está en su derecho. Lo lógico es que intentes salvar tu vida en pareja pero cuando no es posible lo primero y más importante que debes hacer es aceptarlo y lo segundo ponerle solución.  Si es el otro el que ha decidido romper la relación probablemente será él quien de el primer paso y pondrá en marcha el proceso de separación ya que en teoría él es quien no quiere seguir manteniendo la vida en pareja. 
Aunque ocurra de esta manera no quiere decir que debas mantenerte la margen  pensando " él es quien quiere separarse pues que lo haga". Es importante que adoptes una posición activa y busques la solución que mejor se adecúa a tus necesidades en la medida de lo posible.
A veces la reacción es "Me ha dejado, pues ahora ya verá lo voy a dejar sin nada, le voy aquitar los niños etc...". No entraré en debate sobre lo justa o injusta que resulta  esta manera de pensar y actuar, pero si me gustaría resaltar que en estos casos se pasa directamente al enfrentamiento feroz y se deja de lado una vía de resolución que  puede dar mejores resultados y salvaguardar mejor tus intereses, sin contar con el desgaste emocional que suponen este tipo de procesos para vosotros y para vuestros hijos.

Recuerda: La batalla se inicia cuando han fracasado las negociaciones.

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